- Hay productos altamente agresivos que nunca deben entrar en contacto con el acero inoxidable.
- La lejía concentrada y/o caliente. El cloro es altamente corrosivo.
- Los productos de desinfección concentrados o calientes.
- El ácido clorhídrico (decapado de baldosas) aunque este diluido o frío.
- Los cepillos o esponjas metálicas, en particular los de acero.